
Lo destacado:
Sacachispas no puede de local. En su estadio, el Lila apenas ganó un partido de seis, ante Barracas Bolívar por 3 a 1.
Para olvidar:
Mal Ceballos. El árbitro dejó pegar, pero amonestó a Gigena por festejar el gol de San Miguel dentro de la cancha. Más tarde, casi al final, anuló un tanto de Martín Aragón, por una inexistente falta sobre Pablo Hourcade. La delegación del Trueno tuvo suficientes motivos para quejarse.
Comentario de la gente:
Sacachispas: Los espectadores no llegaron a sumar 100. Escaso aliento, de hecho se dedicaron más a insultar a los jugadores rivales. Se comenta en Villa Soldati que hay peleas entre los barrios que siguen al Lila. Además, días previos a este partido habría muerto un hincha de Saca, en manos de una fracción contraria.
San Miguel: Sin público, aunque entre allegados, jugadores y demás sumaban unas 25 personas que se llegaron de Los Polvorines.
Calificación del encuentro: Bueno.
Condición del campo de juego: Regular.
Comentario de la gente:
Sacachispas: Los espectadores no llegaron a sumar 100. Escaso aliento, de hecho se dedicaron más a insultar a los jugadores rivales. Se comenta en Villa Soldati que hay peleas entre los barrios que siguen al Lila. Además, días previos a este partido habría muerto un hincha de Saca, en manos de una fracción contraria.
San Miguel: Sin público, aunque entre allegados, jugadores y demás sumaban unas 25 personas que se llegaron de Los Polvorines.
Calificación del encuentro: Bueno.
Condición del campo de juego: Regular.
En el "Beto" Larrosa se vio un buen partido, pero San Miguel mereció quedarse con los tres puntos. Diego Ceballos cobró una infracción que no existío de Aragón contra el arquero, cuando el defensor empujaba la pelota para el segundo del Trueno Verde a falta de cuatro minutos para los noventa.
En los primeros momentos del juego, Saca fue mejor. Torres pobló la media cancha y le ganó el sector al doble cinco visitante. A partir de esto, Puig intentó manejar al Lila. En ese pasaje fue importante la presencia de Aleña por derecha porque el pelado se mandó bien arriba y arrastró a Marquiegui con él. Así, San Miguel perdió salida por izquierda, mientras que Mongioi, por derecha, ratificaba que no está en su mejor nivel. Carlos Coronel se desprendía de la línea de los medios para alternar en la crecaión con Puig, quien se paraba detrás de "los Ojeda" para lastimar.


En la segunda parte, Saca perdió el orden y permitió que el medio del Verde se hiciera dueño del partido, aunque Delgado, reemplazante del lesionado Mongioi, tampoco dio soluciones a los inconvenientes que el Trueno tuvo por la derecha. Pero, el que salvó la ropa del Lila fue Hourcade. El arquero tuvo intervenciones que mantuvieron al local con esperanzas de igualar el marcador. A los 7', Diego Toledo entró por derecha y disaparó fuerte para encontrar los guantes del arquero, pero Hourcade dejó en el rebote una bomba en el punto penal que Saborido casi introduce en su arco en el afán de rechazar. Minutos después, Daniel Ojeda tardó en cruzar la pelota ante el "uno" y le cerraron el ángulo de tiro. San Miguel tuvo el segundo, por su parte, Saca apenas inquietó con un tiro libre de Puig que Peruscina apretó contra el piso en dos movimientos. El Trueno se paró de contra y lastimó con Páez, al menos hasta que el santiagueño se mantuvo en partido antes de caer en sus típicas lagunas. Hourcade le ahogó dos remates de frente a Toledo y Marquiegui, ambas oportunidades se generaron a partir de los quiebres de cintura de Páez, pero el último toque no tuvo la justeza necesaria para evitar la presencia del arquero. Y si, los goles que no entran en un arco pueden aparecer en el otro. El Lila, entre los 30 y los 40 minutos, logró revertir el juego y cambió el sentido del viento que lo había empujado contra su valla. La más clara la tuvo Maciel cuando, a los 32', agarró de media vuelta un mal despeje de Steinbach, pero se derechazo rebotó en el palo y recorrió la línea de gol hasta quedar en manos de Peruscina. Antes lo tuvo Hertel, después se molestaron entre Maciel y Hertel y no lograron empujar de cabeza un centro cruzado.

