VICTORIA PARA AHUYENTAR FANTASMAS
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San Miguel volvió al triunfo tras tres cotejos sin hacerlo y empezó a despejar los fantasmas de la Promoción y, por qué no, ilusionarse con la clasificación al Octogonal. El gol lo convirtió Juan Fontenla cuando promediaba la segunda mitad.
Orescovich decidió poner la heladera en la cocina, la TV en living y el inodoro en el baño. Por eso, Peralta volvió a jugar de tres y Paccor dejó el mediocampo para ser el carrilero que es. Scarnato continuó en el medio batallando cada pelota y Tolosa, pese a realizar un partido irregular, intentó ser el enganche de este equipo que tanto añora y necesita.
Sin embargo, el partido se signó en una batalla en la mitad de la cancha. Con mucho espíritu y actitud, lo planteó el elenco de Luis Gonzalez que asumió hace poco en Liniers y se encontró con un equipo partido y sin rumbo. Y en eso está porque Palmerola es un buen jugador al que le hace falta rodearlo mejor. Su inquietante desborde y habilidad hizo tambalear varias veces la zona izquierda de San Miguel. Matías Peralta tuvo mucho trabajo por su sector y fue bien relevado, en ocasiones, por Joaquín Iturrería que retornó al equipo tras sufrir una seria lesión hace mucho tiempo. Iturrería, pese a lo que se creía, jugó un buen partido y los casi 80 minutos que lo tuvo en cancha se lo vio en buena forma y oportunista. Romero, el cinco del conjunto local, tuvo mucho acción para robar pelotas y dárselas a Maldonado, ex San Miguel, que jugó de doble cinco, para que asistiera a los delanteros. No es para nada mala idea de Gonzalez en situar al Negro ahí, ya que su visión de juego le puede brindar, a la larga, muchos dividendos. Maldonado jugó el PT porque nadie de San Miguel presionaba pero en la segunda mitad, Orescovich mandó a friccionar más a Scarnato quien, de a poco, comenzó a comerle piernas al medio local.
Atrás, San Miguel fue eficiente. Mantener la valla invicta es sinónimo de algo. Pese a la disconformidad de Daniel González, jugó bien, a nuestro criterio el capitán. Manejó el fondo y, en varias ocasiones, se corrió a la izquierda para cubrir los espacios dejados por Steinbach y Peralta. Nicolás Horacio, delantero de Liniers, pivoteó más de lo que insinuó y chocó permanentemente con el fondo visitante que se plantó varios metros por delante de Gómez que brinda mayor seguridad ante cada intervención.
Arriba, el Trueno fue más punzante en el ST. Algunos partidos sí se pueden ganar con actitud pero no todos. Leandro Rodríguez tuvo la pimienta necesaria, máxime en la segunda mitad, porque a través de su intervención hizo tambalear al fondo local. Figueroa lo controló pero no así Acuña por derecha. Leandro encaró y cuando decidió superar y mostrar qué es un jugador distinto, provocó lo que, a la postre, fuera el gol de Fontenla. Gambeta y visión para no hacer la individual sino decidir ver al que está mejor posicionado. Como una tromba apareció Juan Fontenla (que debe jugar si o sí en este equipo) que reventó el arco de Monllor que no hizo más que mirar.
Ganó el Trueno Verde. Se sacó la malaria de encima pero vuelven los desafíos. El próximo miércoles será en Los Polvorines ante Excursionistas. Habrá que ponerse, de una vez por todos, la mochila de "protagonista". Que lo logre.
Sebastián Colombo
