Dura, muy dura la derrota sufrida por San Miguel ante el colista Liniers por 3 a 1. Así y todo, Patricio Hernández confirmó su continuidad en el cargo.
Jugó bien el Trueno los primeros 45 minutos. Con Cristian Silva por izquierda y un movedizo Sergio Quiroga en el medio desequilibró a La Topadora y con la elegancia de Ortiz le alcanzó para ganar esa primera mitad. Controlado el juego y con dos puntas adelante, San Miguel supo golpear en el momento justo a través de una asistencia de Lamanna y un toque suave de Daniel Sosa a la red.
El segundo tiempo fue otra cosa, definitivamente. El elenco de Hernández se desordenó y cayó en la red de un opaco equipo local que obtuvo su primer triunfo en el torneo. Dos goles en dos minutos dieron vuelta la taba para los dirigidos por Cesar Aguirre que lograron quedarse con los tres puntos que le fueron negados en Ensenada la semana pasada. San Miguel lo buscó por todos lados pero chocó contra su inoperancia y contra su propia desidia.
San Miguel perdió con el último del campeonato, San Miguel perdió con el último de los promedios, San Miguel deberá agradecerle a Hernández pero será él mismo DT quien deberá dar la señal de dar un paso al costado. Los que secundan no lo echarán y será su propia soberbia la que deberá superar porque él sabe que el ciclo está cumplido y como se siente omnipotente e impune no dará la talla.
Veremos qué es lo mejor para el Club San Miguel que, como siempre decimos, es de los socios y no de algunos. Se irán algunos "hinchas" que lo fueron hace más de tres años recién y quedaremos los de siempre, como aquellos que fuimos a Quilmes, a la Barranca, a Tristán Suárez, a Morón, a Cañuelas, a Rosario, a Campana y a tantos otros lugares como cuando íbamos de visitante.
Vamos San Miguel. A levantar cabeza de una buena vez.
