CON "LA FE" HECHA PEDAZOS
Y así es como quedamos todos los hinchas del Trueno una vez que el árbitro Yamil Possi dijo basta, victoria de Lafe 2 a 1. Llegamos al Malvinas con la fe de ver algo diferente en el equipo a partir de la asunción de Hugo Juanto, y el buen partido contra Dálmine en Campana, algunos mantenían la fe pensando que el milagro de ingresar al Reducido podía ser aún, y, a lo largo del encuentro, todos pusimos de lo nuestro para que, casualmente en Pascuas, la fe de empatar este partido se conservara encendida hasta el final. El de este viernes fue uno de esos partidos que se da cada tanto, con tantas alternativas cambiantes que hacen al rumbo que puede tomar un juego de noventa minutos. San Miguel se encontró dos goles abajo muy rápido, no tuvo la fortuna para concretar en el arco rival, excelentemente custodiado por Pablo González, y, cuando tuvo dos hombres más que el oponente, metió menos la pelota en el área que en lo previo a las expulsiones de Nieva y Portillo. Pero, vayamos por partes.El arranque fue de una efectividad increíble para el Villero; porque Guillermo Bogado supo aprovechar bien un hueco en la defensa del local para definir ante Gonzalo Díaz, y porque Daniel “Coco” Ojeda saltó libre en un córner para poner el 2 a 0 parcial, y todo en tan sólo cinco minutos de partido.
Cómo analizar merecimientos cuando las cosas se dan de esta manera. Es más sencillo en este momento marcar errores en los propios antes que virtudes en los ajenos. En el primer gol, los centrales, Scarnato y Arias, salieron tarde y habilitaron a Bogado, quien recibió un gran pase de Peña; mientras que en el segundo, Díaz quedó atornillado en la línea del arco en lugar de salir a buscar un balón que Ojeda le cabeceó entrando al área chica, en donde volvieron a fallar los hombres del Trueno desparramados para despejar el centro. Y Lafe hizo “clink caja” nomás, en un suspiro estaba arriba por dos tantos, mostrando contundencia, y se dedicó a cuidar la ventaja (haciendo tiempo a más no poder). Esas dos situaciones, sumadas a una clara que Díaz le tapó a Guillermo Bogado a los diez minutos, fueron las aproximaciones del equipo del “Flaco” Martínez, suficientes para amargar a todo Los Polvorines y alrededores.La respuesta local fue el empuje y la desesperación, de esta manera San Miguel logró emparejar el trámite promediando el primer tiempo, después de que la presión de la visita aflojara. Es cierto que Pablo González ahogó en cinco ocasiones lo que parecía el descuento, pero la suma de jugadores en el fondo Villero complicó a los de Hugo Juanto y en realidad las oportunidades se dieron en una sucesión de jugadas que se dieron entre los 25 y 30 minutos de juego. Emanuel González, Chao, Scarnato y Maldonado sufrieron la brillante tarde del arquero visitante, ninguno pudo perforar la barrera que levantó González delante de su red.
El segundo período empezó como terminó el primero, con San Miguel llevando peligro hasta el arco de Laferrere, pero con la mira torcida ya que Chao y Delgado, ingresado luego por el mismo Chao, no acertaron a los tres palos. Juanto mandó a la cancha a Delgado, para tener llegada por derecha, y a Ortigoza, para sumar la presencia de un nueve fuerte que pelara con los defensas, pero poco aportó este último. Por su parte, el “Tuni” siempre se mostró para recibir bien abierto, como es costumbre en él, pero la imprecisión que dominó el juego de Maldonado, de flojo segundo tiempo, atentó contra sus posibilidades. Con estas variantes, el local se adelantó en el campo, pero a pesar de tener la pelota no probó al arco hasta que a los 28’ Arias cabeceara al palo derecho de González, a lo que acto seguido vendría el tanto de Scarnato para acercar en el marcador al Trueno.
Sin embargo, como dijimos más arriba, vayamos por partes porque vale destacar que el partido estuvo detenido por cinco minutos, en los cuales Possi expulsó a Portillo y Nieva; algo que condicionó el resto del juego, ya que Lafe se refugió todavía más y aprovechó cada parate para estirar el tiempo como un elástico, a pesar de lo cual el juez sólo adicionó esos mismos cinco minutos. Enseguida, reanudado el encuentro, San Miguel halló el descuento a través de un cabezazo de Scarnato en una salida rápida desde el córner.
A partir de entonces, San Miguel movió el balón para abrir la defensa del Villero, pero los nervios y un cierto cansancio afectaron a futbolistas claves, como es el caso de Maldonado. Para resaltar, nuevamente, la actuación sacrificada de Emanuel González, a quien no le cobraron un gol por posición adelantada, y el orgullo de algunos chicos, entre ellos Kulich y Luna. Al Trueno le costó decidir en que momento meter la pelota al área, y el que más probó fue Delgado.
Mediante centros el Trueno intentó, de arriba Laferrere sacó casi todo, casi porque cuando no fueron los ocho jugadores de campo que le quedaban en cancha a Martínez los responsables de clausurar el arco apareció la figura de match, Pablo González, para tapar los frentazos de Milla y Arias.
Ya en el descuento, escaso si recordamos cuantas veces debieron entrar los ayudantes de Lafe para auxiliar a sus muchachos, Possi se comió una mano de Peña que, a nuestro entender, fue intencional, lo que privó al Trueno de un penal en el final.
Partido raro si los hay, como pocos. Con el árbitro como protagonista, con un equipo que consigue ponerse por delante temprano y después se defiende con todas las mañas posibles, y con otro que, impotente y rendido contra el arquero rival, entregó hasta la última gota de sudor, pero no alcanzó la heroíca. San Miguel equivocó los caminos, no supo aprovechar la ventaja numérica, y esa esperanza de luchar por un lugar en el Reducido ya está lejana, a diez pasos de distancia, esos diez puntos que lo separan de Lamadrid a falta de siete partidos para el cierre del torneo.
El segundo período empezó como terminó el primero, con San Miguel llevando peligro hasta el arco de Laferrere, pero con la mira torcida ya que Chao y Delgado, ingresado luego por el mismo Chao, no acertaron a los tres palos. Juanto mandó a la cancha a Delgado, para tener llegada por derecha, y a Ortigoza, para sumar la presencia de un nueve fuerte que pelara con los defensas, pero poco aportó este último. Por su parte, el “Tuni” siempre se mostró para recibir bien abierto, como es costumbre en él, pero la imprecisión que dominó el juego de Maldonado, de flojo segundo tiempo, atentó contra sus posibilidades. Con estas variantes, el local se adelantó en el campo, pero a pesar de tener la pelota no probó al arco hasta que a los 28’ Arias cabeceara al palo derecho de González, a lo que acto seguido vendría el tanto de Scarnato para acercar en el marcador al Trueno.
Sin embargo, como dijimos más arriba, vayamos por partes porque vale destacar que el partido estuvo detenido por cinco minutos, en los cuales Possi expulsó a Portillo y Nieva; algo que condicionó el resto del juego, ya que Lafe se refugió todavía más y aprovechó cada parate para estirar el tiempo como un elástico, a pesar de lo cual el juez sólo adicionó esos mismos cinco minutos. Enseguida, reanudado el encuentro, San Miguel halló el descuento a través de un cabezazo de Scarnato en una salida rápida desde el córner.
A partir de entonces, San Miguel movió el balón para abrir la defensa del Villero, pero los nervios y un cierto cansancio afectaron a futbolistas claves, como es el caso de Maldonado. Para resaltar, nuevamente, la actuación sacrificada de Emanuel González, a quien no le cobraron un gol por posición adelantada, y el orgullo de algunos chicos, entre ellos Kulich y Luna. Al Trueno le costó decidir en que momento meter la pelota al área, y el que más probó fue Delgado.
Mediante centros el Trueno intentó, de arriba Laferrere sacó casi todo, casi porque cuando no fueron los ocho jugadores de campo que le quedaban en cancha a Martínez los responsables de clausurar el arco apareció la figura de match, Pablo González, para tapar los frentazos de Milla y Arias.
Ya en el descuento, escaso si recordamos cuantas veces debieron entrar los ayudantes de Lafe para auxiliar a sus muchachos, Possi se comió una mano de Peña que, a nuestro entender, fue intencional, lo que privó al Trueno de un penal en el final.
Partido raro si los hay, como pocos. Con el árbitro como protagonista, con un equipo que consigue ponerse por delante temprano y después se defiende con todas las mañas posibles, y con otro que, impotente y rendido contra el arquero rival, entregó hasta la última gota de sudor, pero no alcanzó la heroíca. San Miguel equivocó los caminos, no supo aprovechar la ventaja numérica, y esa esperanza de luchar por un lugar en el Reducido ya está lejana, a diez pasos de distancia, esos diez puntos que lo separan de Lamadrid a falta de siete partidos para el cierre del torneo.