Patronato 0 vs 0 SAN MIGUEL
En Paraná, Emanuel Ejarque tomó la correcta decisión de parar el partido durante el entretiempo. Ahora, podríamos preguntarnos ¿por qué no lo hizo antes? El medio encuentro disputado careció de razón de ser. Desde temprano las condiciones estaban lejos de ser las ideales.
Tras una jornada cargada por las lluvias, llegada la hora de inicio, las 17 horas, el árbitro ingresó al campo de juego con los equipos. Ya en ese momento había agua en la cancha, pero la pelota corría. Lo riesgoso resultaba ser la actividad eléctrica de la tormenta. El juego dio comienzo.
De antemano, Gustavo Coleoni había presentado seis cambios en el once titular respecto al compromiso por Copa Argentina ante Barracas Central. Lesiones, cansancio, administración de las cargas, todo llevó a esta decisión. Enfrente estaba un Patronato de capa caída, necesitado de una victoria para salir del fondo.
Hasta donde se pudo jugar, San Miguel presentó batalla más que otra cosa. Las precipitaciones que inundaron el Grella no dieron lugar a que el drenaje quitara este obstáculo para el fútbol que resultaba el agua acumulada. Ninguno pudo generar peligro, éste asomaba cuando el balón se plantaba en lugares intransitables. El paso del tiempo empeoró todo.
El juez reunió a los capitanes antes de finalizar la primera etapa, y acordaron llegar al descanso para ver si la lluvia daba una tregua. Después de quince minutos en los vestuarios, Ejarque salió para recorrer el césped, advirtiendo que nada había cambiado. ¿El resultado? Partido suspendido, sin nueva fecha de realización para los cuarenta y cinco restantes. El saldo negativo es que el Verde se fue de Paraná con cuatro jugadores amonestados.